
Mil lágrimas no suficientes, mil llantos no suficiente. Mientras que esta manera de Rogarle al Cielo que me despierte de una pesadilla irónica se vuelve cada vez más ciega y menos muda. Me debato entre sentimientos y sueños cada vez más frustrados. Mientras me estremezco de miedo, de llantos y dolores que intento olvidar en cada paso, pero cada paso se vuelve eterno. Y mientras más intento alejarme es cuando estoy más cerca, buscar en esta ciudad algo que no tenga recuerdos ha sido más difícil que mis "100 mil ideas para el olvido". Pero ya no creo en el olvido, ni en mis 50 últimas palabras.
Pero escucho esa voz y todo se vuelve a detener, es cuando nada existe, ni siquiera esas mil lágrimas. Y es cuando intento no quebrar mi voz, en mostrarme fuerte, ocultar ese llanto que perdió el orgullo con una sola frase y esa última sonrisa que aún intento encontrar entre fríos y cigarrillos desperdiciados.
Y vuelvo a tener miedo, sobre todo en estas noches que me persiguen y sigo rezandole al Cielo para intentar encontrar paz y fuerzas. Sola duele aún más.
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Sin embargo estás aquí mientras yo deseo que mueras junto a mí, una y otra vez, tomados de la mano por siempre.